B NACIONAL: RIVER 3 FERRO 0

Si faltando 15 minutos para el final del partido alguien en el Monumental decía que River iba a imponerse por 3-0 ante Ferro seguramente hubiese sido objeto de las risas de unos y de las acusaciones de locura o la mirada furiosa y despectiva de otros. Es que los de Almeyda no encontraban la manera de superar los tres cuartos de cancha ante un rival bien plantado en defensa. Sin embargo, una vez más, los arrestos individuales dijeron presente y los locales lograron ese resultado impensado.

El partido válido por la 27º fecha de la B Nacional tuvo a River como único protagonista. Los de Nuñez monopolizaron la pelota y casi no sufrieron ante un rival que, salvo el cuarto de hora inicial, sólo atinó a defenderse. Pero esta tenencia exclusiva del balón no se tradujo en buen rendimiento ni en situaciones de peligro. Y lentamente, River (sus jugadores, sus hinchas) perdieron la paciencia como nunca en este andar por la segunda categoría del fútbol argentino al punto de hacer pensar a propios y extraños que la victoria era una quimera.


Pero si hubo uno que nunca perdió la ilusión fue Matías Almeyda. El DT apostó primero por el Keko Villalba, desechando a un defensor (Abecasis), y después por Aguirre y Funes Mori, en una clara muestra de que no le tiembla el pulso: ingresaron por el Chori Domínguez y Cavenaghi. Y los cambios surtieron efecto más como un mensaje de que había que despertarse que por la productividad de los que entraron.

Sin dos de sus máximos exponentes River fue y consiguió el objetivo. En una jugada sucia tras un tiro libre, Ramiro Funes Mori encontró la pelota y el tanto aliviador. Y después llegó el show de Trezeguet: penal convertido y un gol antológico. El francés demostró toda su clase y la diferencia entre un temible goleador y un crack con todas las letras: calidad propia, cero egoísmo y entendimiento notable del juego.


River es un equipo que por momentos juega como tal (ayer hubo buenas y continuas sociedades en el primer tiempo) pero que mayormente depende de alguna aparición individual. De esta manera, por más que le cueste, le alcanza para ganar y acercarse al objetivo. Almeyda está en el debe a la hora de afianzar en el juego colectivo pero tiene en su haber la nada fácil pero sabia decisión de sacar a dos referentes y dejar siempre en el equipo a Trezeguet, el único fuera de serie en serio de este plantel.

 

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